El oscuro amanecer de la Ceja entre el brillo de las discotecas y las sombras de la inseguridad
- Silvia Natividad Chipana Tintaya
- 27 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Reportaje
Por:
-Cristofer Caballero
-Silvia Chipana
-Hugo Vedia


La Ceja de El Alto, epicentro comercial y social de una ciudad vibrante, tiene dos rostros: uno de día, lleno de comerciantes que ofrecen sus productos en bulliciosas calles, y otro nocturno, teñido por luces de neón, música estridente y un peligro que crece. con cada puesta de sol. Este último se desarrolla entre las avenidas Alfredo Franco Valle y Jorge Carrasco, donde la proliferación de bares y discotecas ha convertido el área en una zona de excesos, violencia e inseguridad.
El auge desenfrenado de las discotecas
Lo que alguna vez fue un reducido grupo de cuatro o cinco discotecas en la avenida Franco Valle, hoy se ha convertido en una red de más de 20 establecimientos nocturnos. En la avenida Jorge Carrasco la situación es similar, con locales que compiten por atraer a cientos de jóvenes y adultos cada noche.
La transformación del área es evidente con el cambio de horario. Cuando cae la tarde, los comerciantes que durante el día ofrecen frutas, ropa y alimentos empiezan a recoger sus anaqueles y cerrar sus tiendas. Pero, mientras los mercados se cierran, las puertas de las discotecas se abren, iniciando una noche que promete entretenimiento, pero esconde caos.
Entre los nombres de estas discotecas están la Discoteca Magic Club, la Discoteca Amnesia, y el Pub Chocolate, que, aunque ofrecen un espacio para el esparcimiento, también son señalados por vecinos como puntos neurálgicos de conflictos y desórdenes.
El mapa de la vida nocturna
En esta ciudad de El Alto, la Ceja se encuentran algunos de los locales más populares y polémicos de la ciudad. Entre ellos destacan:
· Discoteca Magic Club: Ubicada entre la calle 4 y la Av. Jorge Carrasco, conocido por su influencia de jóvenes.
· Delirium Discoteca: Situada entre la calle 5 y la Av. Jorge Carrasco.
· DiscotkZonaVIP, Discoteca Amnesia, Discoteca Mar Azul, Peña Show El Dorado, Peña Show La Bomba, Discoteca Las Vegas VIP, Casa del Folclore, Discoteca Ibiza, Discoteca Flamingo Discoteca nivel 8, Thanos Discoteca, Discoteca Club Amsterdam, Triquel Discoteca: Todos estos locales están sobre la Av. Jorge Carrasco, convirtiéndola en el epicentro de la vida nocturna alteña.
· Kusillo: En la calle 2, cerca de zonas residenciales.
· Peña presidente Melgarejo y Discoteca Pub Chocolate: Ubicadas en la Av. Alfredo Franco Valle, a pocos pasos de la intersección con la Jorge Carrasco.
Esta amplia oferta de entretenimiento nocturno ha convertido a la zona en un punto de atracción masiva, pero también en un foco de preocupaciones. Esta concentración de locales nocturnos no solo es un punto de encuentro para el entretenimiento, sino también para el consumo excesivo de alcohol. El problema es evidente tanto dentro de los establecimientos como en las calles y aceras cercanas, donde grupos de jóvenes consumen bebidas alcohólicas de forma descontrolada.
Un callejón sin salida: inseguridad al acecho
La noche en la Ceja no solo es ruidosa, sino peligrosa. Las luces de las discotecas iluminan las calles, pero también atraen a un tipo distinto de visitante: los delincuentes, quienes acechan entre las sombras de anaqueles, tarimas abandonadas y esquinas poco iluminadas.
Los testimonios de los vecinos y comerciantes son alarmantes. “Cuando salimos a las 8 o 9 de la noche, ya se ven grupos sospechosos merodeando. Si ven que estás solo, te rodean, te empujan y en un instante te dejan sin nada”, relata una vendedora de la calle 3.
Esta modalidad de robo colectivo es recurrente. Los atacantes, en su mayoría jóvenes, aprovechan su número para reducir a las víctimas en segundos. Además, los delincuentes suelen salir de las mismas discotecas, alimentados por el alcohol y la falta de control en el ingreso a los locales.
El peligro dentro y fuera de las discotecas
Los problemas no terminan en la calle. En el interior de algunos discotecas o bares o como otros los llaman “Peñas”, han ocurrido casos de riñas y hasta crímenes violentos.
Un ejemplo que es el caso de un joven que recibió seis puñaladas al salir de una discoteca en la zona. Aunque sobrevivió, el ataque puso en evidencia la falta de seguridad tanto dentro como en los alrededores de estos lugares.
Otro caso sonado fue la captura de “El Rey de las Pildoritas”, un delincuente que operaba en varias discotecas de la Ceja. Su estrategia consistía en drogar a sus víctimas con somníferos para luego despojarlas de sus pertenencias. Este modus operandi ha generado temor entre los asistentes y ha elevado alarmas sobre el control dentro de los locales nocturnos.
La Alcaldía señala gestiones pasadas
Desde la Alcaldía de El Alto, las autoridades aseguran que no han emitido nuevos permisos para la apertura de discotecas durante la gestión actual. Atribuyen la proliferación de estos locales a decisiones tomadas en gestiones anteriores.
Sin embargo, esta justificación no satisface a los vecinos, quienes ven cómo, semana tras semana, nuevos locales abren sus puertas en un panorama de aparente descontrol a pesar de que los mismos fueran clausurados siguen funcionando a puertas cerradas. “Dicen que no dan permisos, pero las discotecas siguen apareciendo. ¿Quién está fiscalizando esto?”, cuestionó un comerciante de la avenida Franco Valle.
El costo para los vecinos y transeúntes: ruido, basura y miedo
Para quienes viven en los alrededores, la noche en la Ceja es una pesadilla. El ruido de la música, los gritos y las peleas en la calle se prolongan hasta la madrugada. Al amanecer, las aceras están llenas de botellas rotas, basura y, en ocasiones, personas inconscientes tras una noche de excesos.
“Ya no es posible descansar. Desde que oscurece hasta las 5 o 6 de la mañana todo es un descontrol. Y si te atreves a reclamar, corres el riesgo de que te insulten o peor”, señaló una vecina de la avenida Jorge Carrasco.
Por la mañana, el panorama es desolador: aceras llenas de desechos, botellas rotas, vómitos y en ocasiones personas dormidas en la vía pública, víctimas de los excesos de la noche.
El ingreso de menores: una violación recurrente
Uno de los problemas más graves detectados en estas zonas es la presencia de menores de edad dentro de discotecas y bares. En un operativo realizado recientemente, autoridades encontraron adolescentes en locales, quienes ingresaron sin que se les pidieran documentos de identidad.
Algunos jóvenes incluso permiten usar identificaciones falsas o pagar a los encargados de seguridad para entrar. “Solo pagas un poco más y te dejan pasar. Nadie revisa realmente quién eres”, comentó un estudiante.
Los vendedores ambulantes de la zona también son testigos de esta problemática. “He visto chicas que parecen de colegio entrando a las discotecas con el mismo uniforme. Esto pasa todos los fines de semana por no decir todos los días”, relató un comerciante de la calle 4.
Una noche larga, pero no interminable.
La Ceja es un reflejo de los contrastes de El Alto: un lugar lleno de vida, pero también marcado por el descontrol. Mientras las luces de las discotecas siguen brillando sin regulación, y las calles permanecen bajo la sombra de la inseguridad, los vecinos y visitantes continuarán viviendo entre la diversión y el peligro.
El amanecer en la Ceja llega tarde para muchos, pero el clamor por orden y seguridad podría cambiar este panorama. Lo que hoy es un símbolo de caos puede convertirse, con voluntad y acción, en un espacio de convivencia segura para todos.


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