El comercio informal en la feria 16 de Julio: Una economía vibrante en el corazón de El Alto
- Alejandra Ticona Sea
- 27 nov 2024
- 3 Min. de lectura

Por: Alejandra Ticona Sea, Richar Tancara Esteban, Camila Leydi Quispe Ulo, José Daniel Mamani Quispe, Yesica Llusco, Rosa Maria Mamani Coarite y Edilber Apala Ayaviri
El Alto, 27 Nov. (Noticias Con Altura).- La feria 16 de Julio, ubicada en el centro de El Alto, se ha consolidado como el epicentro del comercio informal en Bolivia. Durante los días de feria, jueves y domingos, esta extensa arteria se transforma en un bullicioso mercado al aire libre, atrayendo a miles de comerciantes y compradores de diferentes rincones del país. Lo que parece un caos desde lejos es, en realidad, una economía organizada de forma no convencional que refleja la resistencia y creatividad de los alteños.
Un panorama del comercio informal
La feria 16 de Julio alberga desde pequeños vendedores ambulantes hasta comerciantes establecidos que ofrecen una variedad de productos: ropa de segunda mano, electrodomésticos, comida típica, tecnología y repuestos para vehículos, entre otros. Este mercado informal constituye una de las principales fuentes de ingresos para las familias de El Alto, representando el motor económico de esta ciudad joven y en constante crecimiento.
Según datos de la Federación de Gremiales, alrededor del 70 % de los trabajadores en esta zona operan dentro del comercio informal, lo que refleja la falta de empleos formales y la necesidad de generar ingresos por cuenta propia.
Las voces de los comerciantes
Entre el bullicio y las negociaciones, los comerciantes comparten sus experiencias y desafíos:
Juana Quispe, quien lleva más de una década vendiendo ropa usada, comenta: “Este lugar es nuestra fuente de vida. Aunque es duro y la competencia es grande, siempre hay compradores. Pero necesitamos más apoyo, porque las calles están en mal estado y faltan baños públicos.”
Rubén Mamani, vendedor de celulares y accesorios, agrega: “El mercado nos da de comer, pero no siempre es fácil. Nos piden pagar impuestos y derechos, pero no vemos mejoras en los servicios. La basura se acumula, y la inseguridad es un problema.”
Desde otro sector, Carmen Flores, comerciante de alimentos, resalta el aspecto comunitario del mercado: “Aquí somos como una familia. Aunque las cosas no siempre sean perfectas, este lugar nos une. A veces colaboramos entre vecinos para mantener limpio o para cuidar nuestros puestos.”

Problemas estructurales
A pesar de su importancia económica, el comercio en la 16 de Julio enfrenta varios problemas:
1. Falta de orden y planificación urbana: La ausencia de una distribución clara de espacios provoca aglomeraciones y dificulta el tránsito.
2. Carencia de servicios básicos: Los comerciantes y compradores reclaman baños públicos, contenedores de basura y áreas de descanso.
3. Inseguridad: Los robos y conflictos entre vendedores son frecuentes, sobre todo en horas pico.
4. Competencia desleal: Con la llegada de vendedores de otras ciudades, los comerciantes locales sienten que sus ingresos disminuyen.
Perspectivas de los compradores y vecinos
Mientras que los comerciantes defienden su actividad, algunos vecinos expresan su preocupación por el impacto del mercado en la calidad de vida.
Don Mario Chambi, vecino de la zona, afirma: “Es complicado salir de casa los días de feria. Las calles están abarrotadas, y es difícil moverse. Además, la basura que queda después es un problema para todos.”
Por otro lado, Sandra Callisaya, compradora frecuente, tiene otra visión: “A pesar del desorden, este mercado es único. Encuentras de todo y a buen precio. Creo que si se organizaran mejor, sería un lugar más cómodo para todos.”

La respuesta de las autoridades
La Alcaldía de El Alto ha implementado medidas para intentar regular el comercio informal, como campañas de limpieza y reubicación de vendedores. Sin embargo, estas acciones son percibidas como insuficientes por los gremiales.
El secretario de desarrollo económico, Luis Condori, admite que: “El comercio informal es una parte esencial de la economía alteña, pero es necesario buscar un equilibrio entre la actividad económica y el orden urbano. Estamos trabajando en proyectos para mejorar la infraestructura y reducir la saturación en días de feria.”
Hacia un futuro sostenible
Los gremiales y autoridades coinciden en que la solución a los desafíos de la 16 de Julio pasa por una mayor colaboración entre comerciantes, vecinos y el gobierno.
Propuestas de mejora:
Zonificación del mercado: Crear sectores específicos para diferentes tipos de productos.
Infraestructura básica: Construcción de baños públicos, áreas de almacenamiento y más contenedores de basura.
Mayor seguridad: Incrementar la presencia policial y establecer medidas para evitar conflictos entre vendedores.
Educación y capacitación: Promover talleres para los comerciantes sobre manejo de residuos, atención al cliente y formalización de sus actividades.
Un mercado que simboliza a El Alto
La feria de la 16 de Julio es más que un espacio comercial; es un reflejo de la identidad alteña: trabajadora, resiliente y llena de creatividad. Aunque el desorden y los problemas persistan, este mercado sigue siendo un motor vital para miles de familias.
El reto para El Alto no es eliminar el comercio informal, sino integrarlo de manera sostenible en el desarrollo urbano, garantizando beneficios tanto para los comerciantes como para la comunidad.

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