Zona Sur: la mirada cruda de Bolivia desde la élite decadente

Por: Elizabet Vargas Tiñini

El Alto, 27 Nov. (Noticias Con Altura).- La película Zona Sur (2009), dirigida por Juan Carlos Valdivia, es una de las piezas más destacadas del cine boliviano contemporáneo. Ambientada en una mansión de la clase alta paceña, esta obra no solo revela las tensiones internas de una familia en descomposición, sino que también pone en evidencia las profundas divisiones sociales que atraviesan a Bolivia. En un contexto político de cambio, Valdivia presenta a una élite que se ve obligada a enfrentar las consecuencias de sus propios privilegios.

Zona Sur sigue a una familia acomodada que lucha por mantener su estatus mientras la sociedad boliviana experimenta transformaciones radicales. La matriarca, interpretada por Ninón del Castillo, se enfrenta a la pérdida de control sobre su vida y la de sus hijos. La película muestra cómo los personajes deben lidiar con los conflictos generacionales y las tensiones raciales, en una sociedad marcada por la desigualdad.

La narrativa de Valdivia, cargada de silencios y miradas, es una apuesta por el minimalismo, que permite que el espectador entre en la psique de los personajes, sin la necesidad de discursos directos. Es una crítica profunda y compleja que no cae en lo simplista.

Uno de los puntos más fuertes de Zona Sur es su capacidad para trasladar al espectador al corazón de la historia. La dirección de Valdivia es impecable, con una cámara que se desplaza suavemente por los espacios cerrados de la mansión, creando una atmósfera de claustrofobia que refleja la desesperación de los personajes. Las actuaciones, en especial la de Ninón del Castillo, son sobresalientes. La matriarca que interpreta logra transmitir la vulnerabilidad de un personaje atrapado entre el miedo al cambio y la lucha por sostener sus privilegios.

Además, Zona Sur presenta una de las representaciones más honestas sobre la clase alta boliviana, mostrando su desconexión con la realidad social del país y cómo los personajes lidian con sus propios prejuicios y miedos.

Sin embargo, la película no está exenta de críticas. Su ritmo, deliberadamente lento, puede resultar pesado para algunos espectadores. A pesar de la profundidad en sus temas, la falta de una trama más dinámica puede hacer que la película se perciba como algo monótona.

Otro punto que podría generar controversia es la perspectiva desde la cual se cuenta la historia. Aunque Zona Sur es una crítica a la élite, se narra casi exclusivamente desde su punto de vista, dejando de lado las voces de los sectores más desfavorecidos de la sociedad boliviana. Esta representación limitada puede hacer que algunos consideren que la película no ofrece una visión completa de las tensiones sociales en Bolivia.

En definitiva, Zona Sur es una película que no solo pone al cine boliviano en el mapa internacional, sino que también provoca una reflexión profunda sobre las divisiones sociales en Bolivia. Si bien su ritmo y su enfoque pueden no ser del gusto de todos, la película es una obra valiosa que invita a repensar el futuro del país y las injusticias que aún persisten. Es una pieza esencial para aquellos interesados en comprender las complejidades de la sociedad boliviana, aunque puede no ser accesible para un público que busque una narrativa más ligera o directa.