Un Regreso al Corazón de Chuani: El Viaje de un Alma al Hogar

POR : Jhene Helga Tucupa Mamani

El Alto ,23 de Nov. (Noticas Con Altura) G. I .

El sábado 26 de octubre, un viaje de ocho horas se convierte en una travesía hacia el corazón, Chuani, un pueblo donde la sencillez y la belleza se combinan. Cada paso en el camino refleja el amor profundo por la tierra que vio nacer a quien cuenta esta historia, un regreso a la paz y al calor de la familia.

A las 5:30 am del 27 de octubre, comenzamos a alistar nuestras cosas para un largo viaje. La emoción de regresar a casa nos acompaña. A las 7:00 am, salimos desde la  terminal interprovincial de El Alto. Con boletos en mano, la ruta hacia Chuani comienza en medio del ajetreo , pero la alegría de la aventura nos inunda. Por la ventana del bus, los paisajes van cambiando, mostrando la belleza del camino y el aire fresco de las montañas.

A las 10:15 am, hacemos una parada en Achacachi Provincia Omasuyos para comprar víveres para el viaje. En la siguiente parada, a las 10:30 am, todos los pasajeros nos unimos en una pequeña oración por un viaje tranquilo. El sol sigue su curso, y el viaje continúa sin contratiempos.

A las 12:30 pm, llegamos finalmente a Chuani. Es imposible no emocionarse al ver ese lugar tan familiar, donde nací y crecí, donde siempre estuvo la risa y las lágrimas. Después de un pequeño descanso para absorber la naturaleza que nos rodea, a la 1:20 pm comenzamos nuestra caminata de una hora y media por los caminos polvorientos, saltando y corriendo como en los viejos tiempos.

Mientras caminamos, recuerdo los cultivos de mi madre. Las tierras que he trabajado siempre me han dado sustancia y crecimiento. A las 2:30 pm, visito la casa de mi abuelita, un lugar lleno de recuerdos y cariño. Al verla destruida, las lágrimas surgen al recordar las flores que ella sembraba con tanto amor.

A las 3:15 pm, voy al cementerio a visitar a mi hermano y mi abuelito. Aunque sé que están bajo tierra, siempre los llevo en mi corazón. Después de esta emotiva despedida, me dirijo a las chacras de mi madre para ver cómo van los cultivos. El día ya está cayendo, y a las 5:05 pm, al regresar a casa, preparo una sopa de quinua para compartir con mi mamá y mi abuelito. La tranquilidad del hogar se siente como un abrazo cálido.

A las 8:15 pm, con la cena servida, nos reunimos en familia para hacer nuestra oración, agradeciendo por un día más de salud y comida. En cada rincón de Chuani, un pedazo de mi corazón reside, y sé que aquí, en este rincón de la tierra, siempre encontraré paz. Este pueblo no es solo un lugar, es parte de mi alma, y cuando mi tiempo llegue, descansaré en la calma de sus tierras.