Un Día Inolvidable: El Poder de la Amistad Entre Primos
- Elba Celina Garcia Quispe
- 26 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 nov 2024

POR: Jose Fernando Choque Quispe
El Alto , 26 de Nov.(Noticias Con Altura) G.I.
El 22 de noviembre de 2024, dos primos decidieron aprovechar su tiempo juntos para disfrutar de actividades llenas de diversión, deporte y camaradería. Desde temprano, compartieron experiencias que fortalecieron su amistad y les dejaron recuerdos imborrables.
El día comenzó temprano, a las 7:00 a.m., cuando me levanté y preparé mi desayuno: una taza de café para iniciar con energía. A las 8:00 a.m., me alisté para el paseo que había planeado con mi primo. Él me avisó a las 8:30 a.m. que ya me esperaba en la avenida, así que me dirigí allí y nos saludamos con un choque de puños.
A las 9:00 a.m. llegamos al lugar donde jugaríamos wally. Aunque el equipo contrario llegó tarde, a las 9:35 a.m., pagaron el alquiler de la cancha. El partido fue intenso: empezamos ganando, luego empatamos, y el último punto definió nuestra victoria. Al terminar, cerca de las 10:35 a.m., compartimos refrescos con los demás jugadores y disfrutamos de una conversación agradable.
Después del partido, mi primo y yo decidimos ir a comer. Elegimos entre un puesto callejero o un restaurante con un juego de piedra, papel o tijeras. Ganó la opción del restaurante. A las 11:30 a.m. encontramos un lugar accesible y agradable, donde disfrutamos de un delicioso pique macho. Jugamos nuevamente piedra, papel o tijeras para decidir quién compraría la gaseosa, y esta vez le tocó a mi primo.
Más tarde, a la 1:30 p.m., me llevó a su entrenamiento en un gimnasio. Quedé sorprendido al ver la intensidad de los ejercicios que realizaba. Aunque me invitó a intentar, preferí no hacerlo, pues los entrenamientos parecían muy complicados. Luego, a las 3:00 p.m., fuimos a un lugar de boxeo para divertirnos. Nos enfrentamos en una lucha que comenzó a las 3:30 p.m. y, aunque ambos teníamos buenos movimientos por ser fans de la lucha libre, mi primo ganó gracias a su entrenamiento y mayor fuerza.
Finalmente, a las 4:35 p.m., nos despedimos. Fue un día lleno de risas y emociones. Mi primo debía prepararse para sus clases, y yo regresé a casa. A las 5:00 p.m., terminé el día con otra taza de café antes de descansar tras una jornada agotadora, pero inolvidable.
Este día no fue solo un paseo; fue un recordatorio del poder de la amistad entre primos. Compartir momentos únicos fortalece el vínculo y deja recuerdos que duran para siempre.
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