Peñas: El corazón de las afueras de La Paz
- Alejandra Ticona Sea
- 26 nov 2024
- 3 Min. de lectura

Por: Camila Leydi Quispe Ulo
El Alto, 26 Nov. (Noticias Con Altura).- El domingo 15 de mayo de 2024, comenzamos el día con una gran sonrisa. Mi hermanita Estela y yo nos subimos al autobús que nos llevaría a Peñas, un hermoso lugar turístico ubicado en las afueras de La Paz. Estela estaba emocionada por conocer este nuevo destino y no dejaba de hacer preguntas sobre lo que veríamos y haríamos durante el día. Su entusiasmo contagiaba a todos, y yo no pude evitar compartir su emoción.
A las 9:30 am, llegamos a Peñas y comenzamos a caminar por sus senderos empedrados. Estela se fascinaba con las casas tradicionales y los jardines llenos de flores coloridas. De repente, en un descuido, se resbaló y cayó en un charco de barro. Fue un momento tan divertido que no pude evitar reírme al ver su cara cubierta de barro, mientras ella, aunque un poco avergonzada, se reía también. La situación, lejos de arruinar su día, se convirtió en uno de esos recuerdos que siempre nos harán sonreír.
A las 11:00 am, decidimos subir al mirador de Peñas, que ofrece una vista impresionante del valle. Estela se asomó por la barandilla y, con los ojos brillando, exclamó: "¡Esto es increíble!". No pude evitar reír ante su entusiasmo desbordante, y le tomé una foto para que pudiera recordar ese instante lleno de maravillas.
Para el almuerzo, nos dirigimos a una pensión local. Estela pidió su plato favorito, unas deliciosas papas rellenas, pero como siempre, algo tenía que salir mal. Justo cuando iba a dar el primer bocado, la salsa se derramó sobre su ropa. ¡Otro momento gracioso! La dueña del restaurante, viendo lo sucedido, nos trajo un trapo para limpiar la mancha. Estela, sin perder el buen humor, comenzó a reírse de su camisa manchada, lo que hizo que el incidente pareciera aún más cómico.
Después del almuerzo, decidimos tomar un paseo en barca por las montañas. Estela, como siempre llena de energía, se emocionó al ver las rocas con formas extrañas, y en un impulso, se levantó de repente para correr hacia un ave que había visto. Afortunadamente, no tropezó ni se cayó, pero me dejó con el corazón en la mano mientras me aseguraba de que todo estuviera bien. Nos quedamos allí, observando el horizonte, disfrutando del paisaje y la tranquilidad.
A las 3:30 pm, emprendimos el regreso a La Paz en el autobús. Estela, agotada pero feliz, se quedó dormida en mi hombro durante el viaje. A las 5:00 pm, llegamos a casa y nos reímos juntas recordando cada uno de los momentos divertidos del día. "Fue un bonito día, valió la pena", me dijo Estela, y mi corazón se llenó de felicidad por haber compartido ese día tan especial con ella.
Este viaje a Peñas con mi hermanita Estela fue, sin duda, una experiencia inolvidable llena de risas, pequeñas aventuras y momentos graciosos. Aunque tuvimos algunos inconvenientes, como cuando Estela se resbaló en el charco o cuando se le cayó la salsa en la ropa, esos momentos solo añadieron más diversión al día. La lección aprendida de esta experiencia es que siempre es mejor llevar ropa cómoda, ¡y quizás evitar las papas rellenas con salsa en el futuro! También, en el próximo viaje, prometo estar más atenta para evitar que Estela corra tan rápidamente por los senderos. Sin embargo, a pesar de esos pequeños tropiezos, lo que realmente importa es que compartimos risas y aventuras, creando recuerdos que siempre nos acompañarán.
Nuestra próxima visita será a un parque de diversiones, y sé que será igual de divertido y lleno de momentos únicos como este viaje a Peñas, con sus paisajes hermosos y sus situaciones inesperadas, siempre lo recordaré con mucho cariño.
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