La muerte del papel ante algo “mejor”
- Chris Alba
- 20 oct 2024
- 2 Min. de lectura

Cambios constantes/ Fernando J. Villalobos Ordoñez
10 oct. (Noticias Con Altura)
Para los nostálgicos del papel cuesta desechar la idea de hacerse lustrar los zapatos mientras se escucha el crujir del pasar las páginas del periódico, cortarse el pelo sin buscar algún ejemplar para reciclar su lectura o guardar recortes de las noticias más relevantes, las más curiosas o las de tu equipo favorito para los coleccionistas.
Pero lo cierto es que la suavidad de la pantalla de una Tablet, la practicidad de informarse a través del celular o la permanente actualización en la que nos encontramos todos delante de una computadora están desbancando al estático papel. De nada sirve agarrarse al pasado porque no deja avanzar al futuro, pero el futuro tiene que seguir haciendo periodismo. No vale con parecerlo.
No podemos ni debemos hacer nada contra el cierre de cabeceras en su versión en papel, siempre que se transfiera su buen hacer a otra plataforma. El problema no es el fin del papel, sino el fin del periodismo. Estamos hartos de ver medios escritos que echan el cierre y pretenden mantener su marca vía web con un equipo que tan solo tiene permiso para subir como robots notas de prensa o comunicados.
Cuanto más mejor, cantidad frente a calidad, listos para publicar
¿Alguien se puede creer que un diario digital con menos de diez trabajadores puede cubrir la actualidad de todo un país (y más allá) de manera rigurosa, contrastada y verosímil? Así se publican con demasiada frecuencia noticias cuya fuente fidedigna es un rumor, una llamada de teléfono de un desconocido, un “creo que” o la propia y potente red; un usuario de Facebook que afirma que un “golpe de estado” será sangriento antes de tiempo y ve multiplicado por mil su ego por cada uno de los principales diarios digitales que recogen “su verdad”.
Es probable que recortes de personal salven varios ejercicios económicos de las empresas editoras, igual hasta pueden alargar su cierre un par de años, pero lo que es insalvable es el descrédito que están provocando en los medios de comunicación.
Normal que los usuarios crean cada día más en las redes sociales, si se han convertido en las fuentes de los “medios serios”, si lo que se encuentra aquí, se halla también en el otro lado.
Cuando uno se lanza a emprender un negocio, ya sea de pinturas, de coches o textiles, no puede hacerlo sin normas, unas las establece la ley y otras la propia ética o la responsabilidad social. Los medios de comunicación no son una excepción.
Unos contenidos que según la Asociación Nacional de la Prensa Bolivia (ANP) deben respetar la verdad, y cuyos artífices deben «precautelar la libertad de prensa y el derecho de los bolivianos a acceder a la información, real y fidedigna». Unos contenidos que van más allá del corta-pega en que se están convirtiendo los periódicos digitales.
No lamentemos la pérdida del papel, lloremos el fin del periodismo fidedigno.
Comentarios