Eusebio Apala Choque: Un maestro rural forjador de vidas y culturas
- Alejandra Ticona Sea
- 25 nov 2024
- 3 Min. de lectura

Por: Edilber Apala Ayaviri
El Alto, 25 Nov. (Noticias Con Altura).- Eusebio Apala Choque, con 59 años de vida y casi 35 años de trayectoria en el magisterio rural, es un hombre que ha dedicado sus esfuerzos a la educación y al bienestar de su comunidad. Nacido en una familia numerosa con aproximadamente 11 hermanos, Eusebio conoció las dificultades desde temprana edad. La pérdida de su madre cuando tenía solo 13 años marcó un antes y un después en su vida, obligándolo a tomar las riendas de su propio destino y el de sus hermanos. Sin el apoyo de su padre, aprendió a sobrevivir en un entorno donde las oportunidades eran limitadas y donde el trabajo duro y el sacrificio personal se convirtieron en la norma.
A los 25 años, después de años de esfuerzo, se graduó de la ESFM Franz Tamayo de Llica, en Potosí y comenzó su camino como profesor rural. Su vocación por la enseñanza iba más allá de la simple transmisión de conocimientos. Para Eusebio, ser docente significaba una oportunidad para cambiar vidas, dar a otros lo que a él le había sido negado en su juventud. A lo largo de su carrera, no solo ha ocupado el rol de maestro, sino también de líder y guía, desempeñándose como director y distrital en varias ocasiones, siempre comprometido con mejorar la calidad educativa en las comunidades más alejadas.
Eusebio no solo ha sido un educador dentro del aula, también ha sido un defensor y promotor de su cultura y tradiciones. Siendo hablante del idioma aymara, escribió un libro en esta lengua, un proyecto que representa su profundo respeto por sus raíces y su deseo de preservar el legado de su pueblo. Aunque no ha podido publicarlo, su esfuerzo por documentar la riqueza cultural de su gente demuestra su sentido de identidad y compromiso con su comunidad.
A lo largo de sus años de trabajo, Eusebio ha encontrado un refugio en su pasión por el fútbol. Desde niño, el fútbol fue un espacio de liberación y alegría. Con el balón entre los pies, Eusebio se olvidaba de las preocupaciones y responsabilidades que, desde joven, lo acompañaron. Su amor por este deporte no solo ha sido una constante en su vida, sino también un reflejo de su capacidad para equilibrar el trabajo con el esparcimiento, y para encontrar en la actividad física una forma de mantenerse activo y saludable.
Pero quizás uno de los aspectos más admirables de la vida de Eusebio es su rol como padre y esposo. Con tres hijos, se ha dedicado a brindarles una vida llena de oportunidades, todo lo que él no pudo tener en su propia niñez. Junto a su esposa, a quien también ayudó a convertirse en profesora, ha construido un hogar lleno de amor, respeto y valores, donde la educación y el esfuerzo personal son principios fundamentales.
Pocohaya, un pequeño pueblo de la provincia Muñecas, es un lugar muy especial para Eusebio. Durante sus años de trabajo como docente rural, Pocohaya se convirtió en su lugar favorito tras 11 años de trabajo en ese lugar, un sitio donde pudo ver de cerca la realidad de las comunidades más humildes y donde también experimentó los momentos más gratificantes de su carrera. Este pueblo le recuerda constantemente la importancia de su labor y le inspira a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.
A sus 59 años, Eusebio sigue siendo un hombre comprometido con su trabajo, su familia y su cultura. Su historia es la de un hombre que, a pesar de las dificultades, nunca dejó de luchar, que encontró en la educación y en su propia familia la fuerza para superar cualquier obstáculo. Hoy, su legado vive no solo en las aulas por las que ha pasado, sino también en sus hijos, a quienes ha entregado todo su amor y sacrificio.
Eusebio Apala Choque es, sin duda es un ejemplo de vida, una figura que ha impactado profundamente en las personas que lo rodean y un hombre cuyo legado trascenderá generaciones.
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