Entre Montañas y Colores
- Chris Alba
- 27 nov 2024
- 3 Min. de lectura

Por: Aline Mamani
Despertar a la mañana en La Paz con emociones y expectativas encontradas. Mientras el sol se asomaba tímidamente detrás de los andes, decidí hacer un viaje a Cochabamba, ciudad de la eterna primavera. La aventura comienza en la terminal de autobuses, un lugar muy bullicioso donde los pasajeros que van y vienen se mezclan con el olor a café y el sonido de las conversaciones.
Despertar a la mañana del miércoles 28 de septiembre en La Paz con emociones y expectativas encontradas. A las 6:30 am aborde el bus que me llevo a Cochabamba. Este autobús en un autobús moderno con asientos reclinables, lo que garantiza un viaje agradable. Poco después de comenzar el viaje el camino comienza a serpentear por los Andes. El paisaje es implemente impresionante: montañas majestuosas paisajes áridos y de repente, a lo lejos se observan pequeños pueblos, donde se les ve trabajando la tierra y dando forraje a sus animales. Esto sucede después de dos horas donde estuve atenta a la diversidad de la cultura boliviana. En cada estación los vendedores ofrecen productos locales, desde empanadas, mates, coca, no solo eso también ofrecen cargadores pro si te olvidaste llevar el tuyo. A medida que el autobús desciende, la temperatura comienza a subir, hay una clara transición de La Paz, con su carácter frio y gran altitud, al clima más templado de Cochabamba. Ya es casi mediodía me dio apetito, es razonable es hora del almorzar el bus hace su parada, es ahí donde hago amistad con Carlos quien es cochabambino, me dice ya casi llego a mi hermosa llajta, me habla sobre su experiencia en este departamento, donde me estaca la que esta ciudad es rica en gastronomía, menciona pique macho, el silpancho, entre otros, pasando media hora me presenta a sus amigos quienes van de visita a esta ciudad, al subir al bus me contaron que son viajeros, les encanta conocer nuevos departamentos, empiezan a cantar músicas folclóricas, Kevin quien es de nacionalidad ecuatoriana menciona que canciones como estas no hay, feliz se pone a entonar distintas canciones pasaron dos horas y finalmente llegamos a la ciudad de Cochabamba, justamente me quedo en la avenida Ayacucho, me despedí atentamente, de los nuevos amigos que acabo de conocer. Mientras bajaba las escaleras me recibió una cálida brisa y el aroma de los árboles, pero se veía como su un humo extenso lo cubriría. La plaza 14 de Septiembre en el centro de la ciudad estaba repleta de gente. Artistas callejeros y puestos de comida.
Caminé hacia el famoso Mercado La Cancha, que estaba llena de gente. Las coloridas frutas y verduras, las telas y las diversas artesanías me hicieron sentir como un niño en una tienda de dulce el tiempo voló son las 5 de la tarde. Cada rincón es un descubrimiento, cada sonido una invitación a explorar.
Pensamientos finales
El viaje de La Paz a Cochabamba no es solo un cambio geográfico si no también un encuentro con la esencia de Bolivia. Desde la majestuosidad de los Andes hasta la calidez de la gente, cada momento del viaje dejó una huella en mi corazón. Al final del día, Cochabamba me recibió con los brazos abiertos prometiéndome unas vacaciones llenas de sorpresas y aventuras.
Con cada viaje, no solo descubrimos nuevos destinos, sino que también recopilamos partes de nosotros mismos, a partir de experiencias a lo largo del camino. Conocer nuevas culturas nuevas costumbre es lo más maravilloso que se puede ver, no hay que limitarse a conocer nuevos lugares
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