DUKI: El pionero del trap argentino

Por: Silvia Chipana

En el universo musical del trap latino, un nombre brilla con luz propia: Mauro Ezequiel Lombardo Quiroga, conocido artísticamente como Duki, con su estilo inconfundible y una energía desbordante, se ha consolidado como una de las figuras más influyentes del movimiento urbano en América Latina. Este joven que comenzó su carrera improvisando en plazas de Buenos Aires ahora llena estadios y lidera listas globales, llevando consigo la bandera de la escena argentina al escenario mundial.

El origen de Duki está en la idea que tuvo un amigo suyo allá por 2011. Se hizo viral un vídeo de un youtuber argentino que se inventó una canción que decía "pato, pato, duki, duki". El amigo del artista la escuchó y decidió bautizarlo con dicho apodo.

Infancia y comienzos: De Almagro al Quinto Escalón

El rapero nació el 24 de junio de 1996, y casualmente comparte cumpleaños con figuras del fútbol como Lionel Messi y Juan Román Riquelme. Criado en el barrio porteño de Almagro, en Buenos AireS, Argentina, Mauro Ezequiel creció en un entorno humilde donde la música siempre estuvo presente, de pequeño, en su casa se escuchaba salsa, música disco y sobre todo a Luis Miguel y Alejandro Sanz. Aunque en su adolescencia soñó con ser jugador de fútbol, un giro del destino lo llevó al mundo del freestyle. Su ingreso a las competiciones de plazas como El Quinto Escalón, uno de los eventos más icónicos de batallas de freestyle argentino, marcó el inicio de su trayectoria.

En 2016, su victoria en esta competencia lo posicionó como una joven promesa. Allí no solo mostró su habilidad para rimar con velocidad y precisión, sino también su capacidad para transmitir emociones con cada verso. Su intensidad, autenticidad y flow lo diferenciaron del resto y comenzaron a forjar el fenómeno que hoy conocemos.

El salto al trap: "No vendo trap, vendo mi realidad"

A diferencia de muchos freestylers que se mantuvieron en el rap tradicional, Duki decidió explorar el trap, un género entonces emergente en la escena argentina. Lanzó su primer sencillo, "No vendo trap", en noviembre de 2016 en YouTube, esta canción fue el resultado de una sesión de estudio ganada en El Quinto Escalón. En 2017, lanzó "She Don't Give a FO", un sencillo que rompió esquemas y se convirtió en un himno para los jóvenes. La mezcla de autotune, bases contundentes y letras viscerales inauguró una nueva era para la música urbana argentina.

La autenticidad en sus letras, muchas de las cuales retratan su lucha personal contra las adversidades, el desamor y la presión del éxito, conectó profundamente con una generación que buscaba una voz honesta. Más que música, Duki ofrecía una ventana a su realidad.

El impacto global: De Argentina al mundo

Duki no solo lideró el trap en Argentina, sino que fue un embajador del género a nivel internacional. Su capacidad para colaborar con artistas de diferentes estilos y nacionalidades, como Bad Bunny, Khea, Bizarrap y Rauw Alejandro, amplió su alcance global. Álbumes como "Súper Sangre Joven" y "Desde el fin del mundo" demostraron su versatilidad, mezclando trap, reguetón, pop y otros géneros.

Además de su éxito musical, Duki marcó tendencia en la moda y el estilo de vida, siendo un referente cultural para millones. Su distintivo look, lleno de tatuajes y ropa urbana, reflejaba su espíritu rebelde y creativo.

Personalidad, hobbies y pasatiempos

A pesar de tener la cara tatuada y mostrarse en sus videoclips y en el escenario una apariencia ruda, a través de las redes sociales, también enseña su lado sensible y humano; agradeciendo siempre a sus fans, mostrando emoción por proyecto nuevos, derramando lágrimas y sin miedo a mostrarse vulnerable, no le da pena mostrar el gran amor que tiene por su pareja Emilia Mernes, la cual lo ha descrito como un “osito cariñosito”.

En cada entrevista siempre recalca el amor que tiene por sus padres que además lo acompañan en cada presentación. Uno de los valores que más rescatan sus amigos y conocidos es la lealtad que tiene con quienes lo apoyaron desde el principio de su carrera, también el apoyo que brinda a artistas emergentes  poco conocidos. A pesar de la intensidad de su trabajo y las presiones de la fama, Duki mantiene un sentido del humor y una actitud relajada. Su espontaneidad en redes sociales y entrevistas lo hace cercano y accesible para sus seguidores.

Si bien Duki hace música trap, tiene como artista musical favorito era Justin Bieber. No le gusta el artista Sebastián Yatra y alguna vez confesó que le género que jamás haría sería K-pop.

También ha mencionado en varias ocasiones que disfruta jugar videojuegos en su tiempo libre. Es fan de juegos populares como Call of Duty, y esta actividad lo ayuda a desconectarse de las exigencias de su carrera musical. Incluso ha compartido momentos jugando con amigos y fans en sus redes sociales.

El cine y las series son otra pasión de Duki. Le gusta consumir contenido audiovisual, tanto por entretenimiento como por inspiración para sus proyectos creativos. Ha mencionado disfrutar de historias intensas y emotivas que le generan nuevas ideas para sus letras y videos musicales. Su serie favorita es 'Skins', su personaje de dibujos animados predilecto es Clarence. En cuanto a películas que le definan se decanta por 'Resacón en Las Vegas', la 1 y 3, y su actriz favorita es Pamela Anderson.

Aunque no practica deportes de manera profesional, Duki sigue siendo un fanático del fútbol, un deporte que soñó con jugar en su adolescencia. Apoya al club San Lorenzo, del cual es hincha, y disfruta de ver partidos. Además, mantiene rutinas de ejercicio que lo ayudan a estar en forma para sus presentaciones, uno de los deportes que practica con sus amigos es el básquetbol.

Mauro Ezequiel valora mucho a las personas cercanas a él, y pasar tiempo con sus amigos y familiares es una actividad clave en su vida. Le gusta reunirse para charlar, escuchar música o simplemente relajarse, lo que refuerza su conexión con sus raíces y su entorno más íntimo.

Aunque es parte de su trabajo, para Duki hacer música es también una pasión y un hobby. En su tiempo libre, disfruta escribir nuevas canciones, experimentar con sonidos o colaborar con otros artistas de forma más relajada. Esta dedicación lo ayuda a mantenerse creativo y siempre un paso adelante.

El artista es un apasionado por los tatuajes, los cuales no solo adornan su piel sino también cuentan su historia personal y artística. Además, le encanta la moda urbana y disfruta explorar estilos y tendencias que lo representen, siendo un ícono de estilo para sus seguidores.

Los viajes son otro de sus placeres. Ya sea por giras o vacaciones, Duki disfruta conocer nuevos lugares, culturas y personas. Viajar lo inspira y le permite recargar energías, a la vez que amplía su perspectiva artística y personal.

La lucha interna: Entre el éxito y la vulnerabilidad

Detrás del fenómeno mundial hay un joven que nunca perdió su humanidad. Duki ha hablado abiertamente sobre los desafíos de la fama, la presión del público y sus batallas con la ansiedad. Este lado vulnerable, lejos de debilitar su figura, lo humanizó ante sus seguidores, que lo ven como alguien que no teme mostrar sus heridas.

En entrevistas, ha reflexionado sobre cómo la música lo salvó y le dio propósito, destacando su gratitud hacia los fans y su deseo de seguir innovando.

Legado y visión a futuro: "Duki para rato"

A sus 28 años, Duki ya es una leyenda del movimiento urbano. Pero para él, esto es solo el comienzo. Su influencia no se limita a lo musical; también ha sido clave para abrir puertas a otros artistas argentinos que hoy triunfan en la escena internacional.

En palabras de sus seguidores, Duki es más que un cantante: es una inspiración. Desde las plazas de Buenos Aires hasta los escenarios más grandes del mundo, en poco tiempo, el cantante argentino conquistó escenarios como el estadio de Vélez, el River Plate y el Santiago Bernabéu de Madrid. Su historia es un recordatorio de que los sueños, por imposibles que parezcan, pueden convertirse en realidad.

Con su hambre de evolución constante, Duki promete seguir marcando el camino para la música latina, demostrando que el arte, cuando es genuino, trasciende cualquier frontera.